Querubines noctámbulos
encienden sus faroles,
llegada la hora los parpados se rinden
y todo se dispone para ir al otro lado.
No todos lo consiguen,
el mundo decadente
a falta de sol es egoísta
y persiste en su presencia.
Vueltas tras vueltas generando surcos
y patrones en el lecho,
los querubines se inflaman y lloran.
Hay que beber leche,
hay que gotear valeriana.
¿Y si nada lo consigue?
*(reproducción en venta: indridcold333@gmail.com)